Ruta Habana by Yojany Pérez Rivera

Esta muestra soy yo, mis vivencias y el recuento de mi isla. Las fotos son un viaje desde el mar hacia la tierra, de afuera hacia adentro, incluso hasta momentos de abierta violencia. Nosotros como isleños, con nuestros problemas políticos y sociales estamos en cada una de esas instantáneas. 

Cada espacio, momento o persona que hizo que mis fibras se sintieran emocionadas o conmocionadas. No dejo nada oculto, no he cubierto ningún poro para protegerme de la crítica o la censura, de ahí  que las fotos de las quejas el día del skate estén junto a otras de puro frenesí.

Esta exposición condensa el camino que seguí por años. Constituye una travesía que se inicia en el mar. Creo que el surf es lo que me recuerda que somos isleños y estamos rodeados de agua, aunque la usamos poco, porque no se vive de la pesca, de lo que nos da la isla. 

El mar siempre ha sido visto por los cubanos como una escapatoria para salir del país y por eso hemos perdido el sentimiento. En cada búsqueda de olas por la isla siempre pasábamos malos ratos con la policía, nos metían presos y nos hacían mil preguntas sobre si las tablas eran para irnos del país.

La ciudad, la transitaba haciendo skate. Ese deporte es la conexión con la sociedad, con las personas, con el barrio y también un cambio de deporte a lo tradicional del boxeo o la pelota, una forma de expresión de una generación que busca una transformación, que posee conceptos diferentes a los de nuestros padres y abuelos. Los jóvenes ya no tienen el idealismo de antes como la generación de comunistas que quedan.

La cultura es más diversa, y las influencias también.  Los niños y los ancianos en mis fotos son el comienzo de una era y el fin. Los niños siempre son como el paso al futuro o la evolución de nuestras generaciones. En Cuba los ancianos son lo que se quedó atrapado en esa época del gran proyecto revolucionario y  a pesar de la mala calidad de vida, muchos son fieles a sus ideales.

Los problemas sociales son muchísimos y la protesta lo mostró. Sentí otro tipo de sensación, de adrenalina cuando la estaba documentando. La protesta fue algo que no me imaginaba, pero realmente creo que me sentí cómodo entre las personas, ya que en el skate ya había pasado por momentos de violencia y peleas con la policía. Me sentía como en el parque G realmente‒ un sitio muy popular para los practicantes de skate en la Habana‒ lo que obviamente tuvo mayor magnitud y fue un momento que no pensaba que podía suceder.

Mi hija Cora ha crecido siendo parte de todo lo que amo. Desde pequeña la he llevado a las excursiones en busca de olas y a las competencias de skate. Ella es parte de mí y deseo que entienda la liberación que siento cuando practico ambos deportes.

Para mí el desnudo no es solo una forma de libertad, sino que es también nuestro cuerpo como armadura a los cambios, a enfrentar los problemas. 

La serie de los desnudos busca expresar eso. Estamos desnudos porque no hay apoyo, no hay nada que reconozca lo que hacemos por un cambio o por seguir adelante. Nosotros solo somos los que avanzamos y decidimos lo que queremos hacer sin estar atados a nada, desnudos, libres.

La Habana que tanto amo está contada a través de estas fotos. La exposición es un viaje íntimo por mis memorias y las diferentes capas de lo que me hace moverme, pensar y sentirme vivo. Cuando nuevas nubes se alzan sobre mi cabeza, creo pertinente compartir la isla que siempre va conmigo. No importa donde estén mis pies, mi corazón está en Cuba.